MEJOR CON MAMÁ

Comienza el año aumentando la familia, llegan a nuestro gran hogar Said, Thais y Anuard. Recorriendo este duro camino de la vida se encontraron con nosotros. Vienen desde Barcelona buscando un sitio donde poder establecerse y crecer juntos. Les hemos acomodado en la casa G Lar (Casa 2) junto con Mirta, Raúl, Carina y Sebas que esperemos sean una ayuda y un referente a partir de ahora en sus vidas.

Said y Thais tienen 20 y 18 años respectivamente y llevan gran parte de su vida viviendo en centros de menores. Uno, por la distancia que le separa de los suyos y otra por haber transitado el sendero de la exclusión social. Una vida difícil que no quieren que sufra el pequeño Anuard, un bebe que llego a la Escuela con tan solo 24 DÍAS!! Es nuestro pequeñín que en pocos días ya nos ha despertado toda la ternura que llevamos dentro.

                                                

Esta nueva llegada refuerza nuestras ideas y da más sentido a nuestro proyecto, encajando a la perfección en los dos colectivos de personas con los que queremos trabajar y darles la oportunidad de salir adelante. A los jóvenes que salen de centros de menores con 18 años recién cumplidos; sin oficio ni camino claro por recorrer, sin apoyos, sin expectativas… con gran dificultad a la que un joven en solitario muchas veces no puede enfrentarse. Y a las madres (familias) con algún niño a su cargo que sin los recursos necesarios pueden ser puestos en manos de la administración, no siendo la mejor opción ni para la madre ni para el niño.

                              

Para poder ayudar a estos casos, se creó el programa llamado “Mejor con Mamá” en el que se integra nuestra nueva familia, y que va destinado a madres o familias que no tienen recursos ni apoyos para sacar a sus hijos adelante, generalmente por venir de situaciones como embarazos jóvenes, precarias situaciones económicas, casos de maltrato o inmigración.

El objetivo último de este programa es conseguir la integración social acompañada de una sólida base de valores. Para ello se contemplan acciones como el desarrollo de un “itinerario de vida” de las familias; la escolarización de los menores y el apoyo escolar; la educación diaria en valores, salud, habilidades sociales, tiempo libre etc.; apoyo emocional y jurídico; la formación y capacitación de las madres; y la orientación sociolaboral.

Hoy son seis núcleos familiares los que viven en la FES. Como consecuencia, tenemos la suerte de disfrutar de un grupo de niños que son los auténticos protagonistas del programa y que con su naturalidad, cariño y ganas de futuro contribuyen a que su familia vaya más allá de sus madres, haciéndonos partícipes a todos.

                                   

Una gran ayuda para madres, niños y todos los que vivimos en la FES es la posibilidad de relacionarnos con tanta gente que viene a visitarnos y a ayudarnos. La semana pasada fueron Dani y Alberto desde Valladolid. Los dos repetían visita y estuvieron con nosotros cuatro días que les sirvieron para ver la evolución desde el verano. Echaron una mano en todo lo que se les pidió y nos prepararon una carne al horno de la que todavía nos estamos relamiendo.

                                

Y para que las visitas estén lo más cómodas posibles, ya están terminados los interiores de los armarios de la casa 7. Una vez más David y sus ayudantes, Pedro y José Daniel, han vuelto a dar una lección de trabajo artesanal y reutilización de materiales… ¡muy buen trabajo! Ahora, llenarlos es tarea de los que nos leéis, que sobra decir que estáis invitados.

                            

Precisamente las madres recibieron la visita de Rafi, amiga de Isabel, que ya ha comenzado su colaboración con nosotros en forma de taller de estética. Las cejas y las uñas han sido las primeras beneficiadas. ¡Muy guapas todas!

Y como no hay mal que por bien no venga, el tremendo frío de las semanas anteriores fue la excusa para subir a Sauca Dana, nuestro centro socio-ambiental, a comprobar si había sufrido algún daño por la nieve y las heladas. Todo estaba perfectamente y pudimos disfrutar de unas vistas de escándalo y una tranquilidad poco habitual en el ritmo de vida actual, pero muy recomendable para no olvidarnos de lo que somos. Desde la vertiente sur de Sierra Nevada, a más de 1600 m. pudimos ver el mediterráneo y la costa de Marruecos. Impresionante.

Dentro de poco os informaremos de las obras que se han llevado a cabo y que posibilitarán que este verano puedan comenzar a hacerse actividades espirituales y de medio ambiente, posibilitando a grupos y personas individuales pasar unos días en plena naturaleza.